sábado, 11 de febrero de 2023

LOS PERUANOS SÍ QUEREMOS A NUESTRO PAÍS


Johann Gottlieb 𝐅𝐢𝐜𝐡𝐭𝐞, filosofo Alemán 𝐝𝐢𝐣𝐨: «𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐯𝐞𝐧𝐜𝐞𝐫𝐚́ 𝐞𝐥 𝐞𝐧𝐭𝐮𝐬𝐢𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐚𝐥 𝐚𝐩𝐚́𝐭𝐢𝐜𝐨. 𝐍𝐨 𝐞𝐬 𝐥𝐚 𝐟𝐮𝐞𝐫𝐳𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐛𝐫𝐚𝐳𝐨, 𝐧𝐢 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐫𝐭𝐮𝐝 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐚𝐫𝐦𝐚𝐬, 𝐬𝐢𝐧𝐨 𝐥𝐚 𝐟𝐮𝐞𝐫𝐳𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐚𝐥𝐦𝐚 𝐥𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐚𝐥𝐜𝐚𝐧𝐳𝐚 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐜𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚».


En nuestro Perú, para alcanzar la victoria de la equidad y para vencer la apatía del Subdesarrollo, se requiere de 𝐫𝐞𝐬𝐜𝐚𝐭𝐚𝐫 𝐯𝐢𝐫𝐭𝐮𝐝𝐞𝐬 𝐦𝐨𝐫𝐚𝐥𝐞𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐟𝐨𝐫𝐭𝐚𝐥𝐞𝐜𝐞𝐫 𝐥𝐚 𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐲 𝐥𝐚 𝐯𝐨𝐥𝐮𝐧𝐭𝐚𝐝: 𝐞𝐬 𝐚𝐡𝐢́ 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚́𝐧 𝐥𝐚𝐬 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐞 𝐢𝐧𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐝𝐚𝐬 𝐬𝐨𝐥𝐮𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨𝐬 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞𝐧 𝐭𝐫𝐚𝐞𝐫 𝐛𝐢𝐞𝐧𝐞𝐬𝐭𝐚𝐫.


𝐕𝐢𝐯𝐢𝐦𝐨𝐬 𝐮𝐧𝐚 𝐫𝐞𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐩𝐨𝐥𝐢́𝐭𝐢𝐜𝐚 𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐫𝐨𝐧𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧, 𝐝𝐞 𝐭𝐞𝐫𝐪𝐮𝐞𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬 𝐲 𝐝𝐞 𝐚𝐦𝐛𝐢𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐞𝐥 𝐩𝐨𝐝𝐞𝐫. Estos días es claro que un minúsculo grupo que tiene como dote un mayúsculo poder económico, quiere seguir manipulando la realidad y el poder a su conveniencia. Pero no se debe olvidar que en la tan manoseada democracia el pueblo decide.


No hace falta más violencia, solo hace falta más voluntad de unirnos y vencer la resistencia de quienes usan el poder político, militar y económico para entornillarse en los cargos. 𝐃𝐢𝐧𝐚 𝐁𝐨𝐥𝐮𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐡𝐨𝐲 𝐫𝐞𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐞𝐬𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐞 𝐬𝐞𝐜𝐭𝐨𝐫 𝐦𝐢𝐧𝐮́𝐬𝐜𝐮𝐥𝐨 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐠𝐫𝐚𝐧 𝐩𝐨𝐝𝐞𝐫. Y por sus negocios y acuerdos no quieren soltar el manejo del país.

He leído hace minutos, una revista que acompaña hoy sábado al "decano de la prensa" (escrita), y en un articulo se lee: ¿𝐯𝐨𝐥𝐯𝐞𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐪𝐮𝐞𝐫𝐞𝐫𝐧𝐨𝐬 𝐥𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐮𝐚𝐧𝐨𝐬?, interrogante que la periodista de hace después de relacionar el tema del amor; el 14 de febrero; y, el contexto nacional político que vivimos, dejando entender que si se hace uso del derecho a la protesta contra el gobierno, no nos queremos como peruanos.

Pero estoy convencido que volvernos a querer los peruanos, es querer un mejor gobierno, un mejor país. Un mejor uso de sus recursos y una mejor distribución de sus riquezas. Una mejor sociedad. Querernos como peruanos es, exigir que quienes están en el poder, hagan lo que se debe hacer, sin dañar, limitar y obstruir los intereses, el desarrollo y bienestar de la población.


Por eso pregunto: ¿Acaso el exigir el cumplimiento de derechos perdidos hace tres décadas - desde el ilusionismo fujimorista- no es un acto de amor por el país; la sociedad; la familia o el futuro postergado desde los 90's ? ¿Acaso no es un acto de propia reivindicación de autoestima y amor nacional? ¿Acaso no es un acto de repudio a la corrupción y a sus precursores que hoy tienen el poder y otros que purgan cárcel?

Hablo de las reivindicaciones justas, no de los actos de violencia que ya todos conocemos y que denunciamos públicamente porque no se justifica la muerte de nadie. Hablo de la verdadera protesta separada de los actos de violencia, protagonizada por gente que realmente quiere un cambio político, social y económico real.

Debemos recordar que la mente interpreta la realidad (lo que ocurre fuera del ser), en base a la historia personal de cada uno (lo que ocurre dentro del ser). En ese historial interno por historia sabemos que como peruanos tenemos un pasado oprimido. La propia letra de nuestro himno dice: 𝐋𝐚𝐫𝐠𝐨 𝐭𝐢𝐞𝐦𝐩𝐨 𝐞𝐥 𝐩𝐞𝐫𝐮𝐚𝐧𝐨 𝐨𝐩𝐫𝐢𝐦𝐢𝐝𝐨, 𝐥𝐚 𝐨𝐦𝐢𝐧𝐨𝐬𝐚 𝐜𝐚𝐝𝐞𝐧𝐚 𝐚𝐫𝐫𝐚𝐬𝐭𝐫𝐨́; 𝐜𝐨𝐧𝐝𝐞𝐧𝐚𝐝𝐨 𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐜𝐫𝐮𝐞𝐥 𝐬𝐞𝐫𝐯𝐢𝐝𝐮𝐦𝐛𝐫𝐞, 𝐥𝐚𝐫𝐠𝐨 𝐭𝐢𝐞𝐦𝐩𝐨 𝐞𝐧 𝐬𝐢𝐥𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨 𝐠𝐢𝐦𝐢𝐨́. 𝐌𝐚́𝐬 𝐚𝐩𝐞𝐧𝐚𝐬 𝐞𝐥 𝐠𝐫𝐢𝐭𝐨 𝐬𝐚𝐠𝐫𝐚𝐝𝐨 ¡𝐋𝐢𝐛𝐞𝐫𝐭𝐚𝐝!, 𝐞𝐧 𝐬𝐮𝐬 𝐜𝐨𝐬𝐭𝐚𝐬 𝐬𝐞 𝐨𝐲𝐨́, 𝐥𝐚 𝐢𝐧𝐝𝐨𝐥𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐜𝐥𝐚𝐯𝐨 𝐬𝐚𝐜𝐮𝐝𝐞, 𝐥𝐚 𝐡𝐮𝐦𝐢𝐥𝐥𝐚𝐝𝐚 𝐜𝐞𝐫𝐯𝐢𝐳 𝐥𝐞𝐯𝐚𝐧𝐭𝐨́.


Y quien no conoce su historia, está condenado a repetirla. Es necesario -sentados a la mesa y con diálogo- buscar nuestras coincidencias internas e históricas (porque ahí es donde se asemejan nuestros dolores, alegrías, optimismos y las respuestas al caos); y a partir de eso empezar a decidir con entusiasmo, juntos ante los problemas. El país lo necesita, lo pide a gritos: que sigamos unidos. Porque los peruanos, sí queremos al país.

 


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