Vergüenza. Todos los gobernantes involucrados en corrupción. Son ellos los que mueven el país y deciden el manejo del aparato estatal. Y, por supuesto, están en el poder por voto popular. Eso no lo olvidemos. Lamentablemente, son los únicos que participan en política y llegan a gobernar.
Seamos sinceros: ¿Es el pueblo el que permite la existencia de estos “políticos” que hoy nos sumen en una crisis de gobernabilidad? Sí. Hay una costumbre de vivir en constante crisis política. Crisis política que tiene su línea de tiempo: cada cinco años hemos tenido escándalos e impunidad. Un periodo de escándalos por corrupción que eclosionó con los vladivideos del fujimorismo, y se mantiene hasta ahora con las coimas de Odebrecht, manteniendo en jaque a los ex y actuales gobernantes como PPK.
Sí, todo eso hemos permitido en todo este tiempo. Tiempo perdido para las aspiraciones del pueblo, que elige siempre a quienes no debe. Viviendo y actuando con actitud masoquista que solo asegura lamentaciones y frustraciones, en el gobierno central, los gobiernos regionales y municipales. ¿Es tan difícil aceptar que nos equivocamos siempre en elegir y que por eso tenemos a los peores gobernantes?
¿Qué diferencia hay entre los actos de corrupción del fujimorismo y los que hoy se conocen con el caso Odebrecht? La verdad es lo mismo. Y eso indigna hasta las entrañas: ¡que se vayan todos! Se siente una impotencia terrible, que desencadena unas ganas de expectorarlos a todos de los cargos públicos o de gobierno. Hoy más que nunca se añora esas manifestaciones populares que nacen de la indignación. Esas marchas en la calle, demostrando que somos capaces de sentir indignación por toda esta corrupción que nos consume.
Con contundencia debemos rechazar a la corrupción y a todos los políticos que hacen posible que exista. Debemos exigir partidos y movimientos políticos que realmente nos representen, con gente que demuestre capacidad, solvencia moral y respeto por los demás. En las próximas elecciones regionales y municipales: ¿tendremos la capacidad de decir no a los políticos corruptos y de siempre? ¿De evitar elegir a los que buscan aprovecharse otra vez de la voluntad popular de la gente? Apostemos: voluntad popular vs. corrupción.
Seamos sinceros: ¿Es el pueblo el que permite la existencia de estos “políticos” que hoy nos sumen en una crisis de gobernabilidad? Sí. Hay una costumbre de vivir en constante crisis política. Crisis política que tiene su línea de tiempo: cada cinco años hemos tenido escándalos e impunidad. Un periodo de escándalos por corrupción que eclosionó con los vladivideos del fujimorismo, y se mantiene hasta ahora con las coimas de Odebrecht, manteniendo en jaque a los ex y actuales gobernantes como PPK.
Sí, todo eso hemos permitido en todo este tiempo. Tiempo perdido para las aspiraciones del pueblo, que elige siempre a quienes no debe. Viviendo y actuando con actitud masoquista que solo asegura lamentaciones y frustraciones, en el gobierno central, los gobiernos regionales y municipales. ¿Es tan difícil aceptar que nos equivocamos siempre en elegir y que por eso tenemos a los peores gobernantes?
¿Qué diferencia hay entre los actos de corrupción del fujimorismo y los que hoy se conocen con el caso Odebrecht? La verdad es lo mismo. Y eso indigna hasta las entrañas: ¡que se vayan todos! Se siente una impotencia terrible, que desencadena unas ganas de expectorarlos a todos de los cargos públicos o de gobierno. Hoy más que nunca se añora esas manifestaciones populares que nacen de la indignación. Esas marchas en la calle, demostrando que somos capaces de sentir indignación por toda esta corrupción que nos consume.
Con contundencia debemos rechazar a la corrupción y a todos los políticos que hacen posible que exista. Debemos exigir partidos y movimientos políticos que realmente nos representen, con gente que demuestre capacidad, solvencia moral y respeto por los demás. En las próximas elecciones regionales y municipales: ¿tendremos la capacidad de decir no a los políticos corruptos y de siempre? ¿De evitar elegir a los que buscan aprovecharse otra vez de la voluntad popular de la gente? Apostemos: voluntad popular vs. corrupción.