Políticamente algunos candidatos solo generan problemas. A esa afirmación llegamos, porque resulta decepcionante ver, cómo con sus propios actos o de sus “seguidores”, demuestran que están decididos a todo con tal de llegar al cargo de alcalde, participando en las próximas elecciones 2018, y sorprendiendo a la población en el distrito de Santa María.
En los últimos días, un vídeo muestra episodios que nos dejan perplejos. Un vídeo donde se ve a trabajadores actuales de la Municipalidad Distrital de Santa María, de la gestión del actual alcalde José Reyes Silva (chofer, asesor legal, secretaria y otros), cumpliendo el trabajo de pintado de propaganda política en paredes a favor del candidato de Unidad Cívica Lima, La Cholita, Mario Samanamú.
Pero ahí no queda todo. ¿Casualidad, simple coincidencia, o aprovechamiento de los recursos del estado para hacer campaña política? Esa es la incógnita que surge, porque días antes, en una ceremonia de colocación de la primera piedra de una obra en el distrito de Santa María, el alcalde José Reyes Silva posaba para la foto junto al candidato a la alcaldía Provincial de Huaura por Unidad Cívica Lima, La Cholita”, Alfredo Zurita Barrenechea. Ahí también intentaba sonreír para el recuerdo el actual alcalde de Huaura, Gilmar Solórzano Bayona. ¿Qué tenían que hacer Zurita y Solórzano, gerente municipal y alcalde de Huaura, respectivamente, en un acto propio del distrito de Santa María? ¿A caso Reyes y Gilmar, tienen un acuerdo político y de campaña con Alfredo Zurita?
Aquí viene la única posible explicación. Todos los personajes mencionados (trabajadores municipales, autoridades o funcionarios en ejercicio, y postulantes en condición de candidatos), tienen un denominador común, en menor o mayor grado: están o son relacionados - ¡oh, sorpresa! -, con el Movimiento Unidad Cívica Lima “La Cholita”, organización que debería pronunciarse oficialmente sobre estos hechos que ponen en tela de juicio el proceder de la gente del movimiento, de sus candidatos y que sobretodo deja muy mal políticamente a la candidata Rosa Vásquez, quien es la más perjudicada por ser quien lidera la organización regional.
Nadie les niega su derecho a participar en política, pero, así como actúan, dejan señales claras de sus pretensiones y posibles ambiciones para las próximas elecciones Regionales y Municipales 2018, proceso en el que la población de Santa María debe tener mucho cuidado al elegir a sus nuevas autoridades. Población que debe exigir pronto que el candidato Mario Samanamú, explique y muestre cómo financia tantas y costosas pintas proselitistas en paredes, en tan poco tiempo, y sin haber sido elegido o designado formalmente en una convocatoria interna y oficial como candidato.
Por qué Mario Samanamú, siendo un personaje público y educador, permite que gente cuestionada en política le haya “quemado” su trayectoria, su formalidad e imagen de buen vecino. Por qué ha empezado su campaña permitiendo un mal ejemplo, dudas, y un comportamiento que va en contra del clamor de transparencia, verdad y respeto que se merece la población del distrito de Santa María.
Santa María tiene una población que está cansada de promesas incumplidas y de políticos que solamente buscan su conveniencia y no el desarrollo del pueblo. Una población, harta de políticos oportunistas que mienten y hacen pactos bajo la mesa, que aprovechan los cargos públicos. Una población que debe saber cómo y con qué plata hacen campaña los candidatos. Ante este panorama sombrío y decepcionante que descalifica al Movimiento Unidad Cívica Lima y a su candidato, en Santa María, Mario Samanamú, podríamos hacernos la siguiente interrogante: ¿la Cholita, nos quiere hacer los Cholitos?
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