viernes, 1 de noviembre de 2013

EL MILAGRO: SOBREVIVIR CON IDENTIDAD

Milagro: enseñemos nuestras tradiciones
Huacho. Por: Danny Marcos.- Caminaba por el centro de Huacho y quedé muy preocupado. Pasaban frente a mi y cerca de mí, grupos de niños disfrzados con atuendos tenebrosos, máscaras con sonrisas espeluznantes y llevando consigo calabazas, bolsas negras, caramelos y globos. Alrededor abundante telaraña sintética, y los colores que más resaltaban el anaranjado y el negro. Y junto a los niños, sus padres. Pensé: ¿Por qué es tan fácil que los niños de Huacho celebren Halloween y no el día de la canción Criolla?, ¿Por qué tan fácil que sigan las costumbres de Halloween y no las que promueven nuestra fe con la presencia del Señor de los Milagros?. Por qué. Es simple y sencillo: porque como padres, como autoridades, como sociedad no somos capaces de enseñar a querer lo nuestro. Fracasamos en saber cómo motivar que lo nuestro sea querido y practicado por los demás. Que en otros países, más bien, hagan y practiquen lo que no nosotros hacemos. O sea, que el mundo desee nuestra cultura. En definitiva nuestra sociedad (y los padres de hoy) son alienados.

A - lie - na - dos. Sí, con sus sílabas completas. Eso demostramos con actos evidentes desde que la "globalización" se impuso en el mundo. Mejor nos remitimos al mataburros. Alienado-da significa: adj./s. m. y f.   Se aplica a la persona que padece una alteración temporal o permanente de la razón y de los sentidos.   Se aplica a la persona que padece una pérdida de la personalidad, la identidad o las ideas propias debido a la influencia o dominación de otra u otras. Claro y preciso. Con seguridad digo: ¡Felicidades padres y sociedad, por ser alienados! Que los maleficios de Hallowen caigan sobre ustedes, por no mostrar personalidad y por haber perdido identidad, por no defender sus ideas, por dejarse influenciar y dominar por otras costumbres. 
Cambio: evitemos fechas foráneas

Me siento indignado. Los niños y niñas que he visto tiene a padres de mi edad, de mi generación. Osea aún jóvenes. Y no es broma, es cierto.  Una pena porque hombres y mujeres en plena madurez de la vida viven promoviendo fechas y costumbres ajenas. Lamento que esos niños y niñas que no tienen la culpa de nada crescan sin rumbo y sin amor a su tierra y a sus propias costumbres. Etamos matando y condenando nuestra identidad como Huachanos y peruanos. 

Termino tranquilo porque me he sentido bien al ver que hay gente que sigue viviendo nuestras tradiciones: huachanos en la catedral, acompañando al señor de los milagros y escuchando retumbar melodías que advierten que es día de música criolla. Eso sí, espero que mi generación se contagie y celebre esto que es lo nuestro. Que baile, goce y sienta su identidad y personalidad que realmente le pertenecen. Que eso lo enseñen a sus hijos para perennizar lo nuestro en el tiempo. Ya pasó un Día, llegó noviembre: mi gente está yendo a visitar a quienes ya no estan, pero estoy seguro que esa gente que está en el panteón, sí vivió, enseñó y quizo lo nuestro.

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