Por: Lic. Danny Marcos.
Counicador Social
Director Noticiero "Punto Central"
La democracia que los gobernantes no cumplen |
"Todo hombre decente se averguenza del gobierno bajo el que vive", decía Henry Louis Mencken, Periodista y Crítico Social en los Estados Unidos (1880-1956). La frase tiene mucho de cierto, pero parece que las redes de la corrupción van eliminando la decencia en mucha gente que termina siempre con una sentencia trágica cuando opina sobre la eficiencia de nuestras autoridades: "que robe, pero que haga obras".
Craso error. La consecuencia: queja y denuncias por todos lados contra las autoridades de turno, quienes no cumplen las promesas electorales. La prueba: la gente de Huacho, sus Distritos; de la Provincia de Huaura y las demás Provincias del ámbito del Gobierno Regional, va surgiendo, se va desarrollando por si sola, por su cuenta, porque emprende, invierte, se asocia, se endeuda, no se vence. Todo eso lo hace la gente, nuestra gente, y no por el trabajo o inversión de la gestión de turno o de los actuales gobernantes.
A la fecha, nadie puede ocultar que los gobernantes de turno, nos aplican -y lo siguen haciendo- una gran dosis de personajes impresentables como funcionarios públicos que en el colmo de la situación son respaldados por el alcalde; presidente regional y peor aún por algunos congresistas, como "los mejores funcionarios". Esta ceguera de nuestras autoridades genera una inestabilidad de gobierno. Lamentablemente, se aprovechan del desconocimiento y falta de involucramiento de la población en la gestión pública y no puede ejercer ningún control o acto de vigilancia contundente.
Mientras tanto, los "eruditos funcionarios" (léase autoridades en ejercicio) siguen desatendiendo las necesidades prioritarias de la población más pobre (Educación de calidad, Descontaminación del Agua, Vivienda, Trabajo); o de la gente que pide solución a problemas priorotarios, los más urgentes (Mejoramiento de servicios públicos, seguridad adecuada, proyectos de desarrollo integral y equitativo, Transparencia en el gasto público, otros). Estos "fabulosos funcionarios" parecen no tener la suficiente sangre en el rostro porque ni bien son cuestionados se indignan y se sienten ofendidos.
Es por eso que titulo este editorial con una frase clara: Los intocables. Así se sienten, así seguirán siendo mientras sientan poder y me preocupa que en lo que les queda de vida sigan con esta práctica enfermiza de hacer lo que les venga en gana y no lo que por voto popular y democrático les encargó el pueblo. Al final, una caricatura (Mafalda) que gusta a muchos - me incluyo- resume lo que decimos con elegante sarcasmo.
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