¿𝐏𝐄𝐑𝐔́ 𝐔𝐍 𝐆𝐎𝐁𝐈𝐄𝐑𝐍𝐎 𝐈𝐋𝐈𝐁𝐄𝐑𝐀𝐋, 𝐃𝐄𝐌𝐎𝐂𝐑𝐀𝐂𝐈𝐀 𝐂𝐎𝐍 𝐀𝐔𝐓𝐎𝐑𝐈𝐓𝐀𝐑𝐈𝐒𝐌𝐎?

Fue el politólogo estadounidense Fareed Zakaria quien acuñó en 1997, el concepto de «democracia iliberal»: un régimen que se basa en el respeto a las elecciones democráticas pero que desconfía de los otros aspectos de la democracia. El término designa un régimen que “no censura directamente los medios, ni instaura un partido único, pero reseca lo más posible el ecosistema del pluralismo», indican Sylvain Kahn y Jacques Lévy.

En Perú, el actual gobierno tiene características de sistema democrático iliberal: es decir, se intenta privar paulatinamente a los ciudadanos de sus derechos fundamentales; afectar el derecho a elegir y ser elegido; a erosionar el estado de derecho; atentar contra la separación de poderes; mellar la protección de los derechos individuales y la protección de las minorías, etc.

Un ejemplo, de gobierno ileberal es el caso del presidente Bukele en el Salvador con su estrategia eficaz de seguridad para reducir el crimen, pero se comete violación de Derechos Humanos y se busca la 𝐜𝐨𝐨𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐜𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝𝐚𝐧𝐢́𝐚 𝐞 𝐢𝐧𝐬𝐭𝐢𝐭𝐮𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 (𝐎𝐛𝐥𝐢𝐠𝐚𝐫 𝐚 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐩𝐢𝐞𝐧𝐬𝐞 𝐝𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐦𝐚𝐧𝐞𝐫𝐚 𝐝𝐞𝐭𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐝𝐚), para legitimar la acción de gobierno y alinearla a un objetivo ideológico y político.

En el caso peruano igualmente. El gobierno de Dina Boluarte también califica como gobierno iliberal por su accionar autoritario sin control ni límites contra la población. Basta recordar los episodios ocurridos en Ayacucho y Puno. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) determinó que la Policía y las Fuerzas Armadas de Perú recurrieron a un “𝐮𝐬𝐨 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐫𝐨𝐩𝐨𝐫𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐝𝐨, 𝐢𝐧𝐝𝐢𝐬𝐜𝐫𝐢𝐦𝐢𝐧𝐚𝐝𝐨 𝐲 𝐥𝐞𝐭𝐚𝐥” 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐟𝐮𝐞𝐫𝐳𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐦𝐚𝐧𝐢𝐟𝐞𝐬𝐭𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐱𝐢𝐠𝐢𝐞𝐫𝐨𝐧 𝐥𝐚 𝐫𝐞𝐧𝐮𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐢𝐝𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐝𝐞𝐬𝐝𝐞 𝐝𝐢𝐜𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞". Por otro lado, también promoviendo con sus operadores desde el congreso, la fiscalía y el poder judicial acciones legales contra las instituciones.

Con un sistema iliberal en Perú, se hace notar 𝐮𝐧 𝐩𝐫𝐨𝐜𝐞𝐬𝐨 𝐝𝐞 𝐚𝐜𝐨𝐦𝐨𝐝𝐚𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐨 𝐚𝐦𝐨𝐥𝐝𝐚𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐢𝐧𝐬𝐭𝐢𝐭𝐮𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐞𝐬𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐠𝐨𝐛𝐢𝐞𝐫𝐧𝐚, 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐝𝐞𝐛𝐞 𝐬𝐞𝐫 𝐚 𝐥𝐚 𝐢𝐧𝐯𝐞𝐫𝐬𝐚: 𝐪𝐮𝐞 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐠𝐨𝐛𝐢𝐞𝐫𝐧𝐚 𝐬𝐞 𝐚𝐦𝐨𝐥𝐝𝐞 𝐚 𝐥𝐚𝐬 𝐫𝐞𝐠𝐥𝐚𝐬 𝐢𝐧𝐬𝐭𝐢𝐭𝐮𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥𝐞𝐬 𝐲 𝐝𝐞𝐦𝐨𝐜𝐫𝐚́𝐭𝐢𝐜𝐚𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐠𝐚𝐫𝐚𝐧𝐭𝐢𝐳𝐚𝐫 𝐞𝐥 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐝𝐞𝐫𝐞𝐜𝐡𝐨 𝐲 𝐥𝐚𝐬 𝐠𝐚𝐫𝐚𝐧𝐭𝐢́𝐚𝐬 𝐜𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝𝐚𝐧𝐚𝐬. Una de las causas podría ser el fenómeno de hiperpersonalización que ha experimentado en los últimos años nuestra democracia con el fracaso de los partidos políticos y la atomización de los liderazgos, lo que ha provocado la elección de personas que eclosionan como “salvadores o mesías” ante los problemas de la sociedad y la política.

Lo peor es que en Perú, el gobierno central y los demás niveles descentralizados de gobierno, tienen autoridades que no logran despojarse de métodos, hábitos y costumbres errados al momento de ejercer sus gestiones. Es por eso, que siguen enfrentando inestabilidad, pérdida de popularidad, descontento social, niveles bajos de credibilidad al no ver ni atender las causas ciudadanas que buscan mejoras para un ascenso social. Y tampoco hay solución a los problemas seculares de corrupción, pobreza y desigualdad. A esos, hay que sumarle uno más: la inseguridad.

Si actualmente ya tenemos un gobierno iliberal, solo queda que como ciudadanos evitemos ceder ante acciones que atenten contra nuestras libertades protegidas constitucionalmente y promover la defensa y protección de la institucionalidad. Y sobre todo las que conforman nuestro sistema electoral: ONPE, JNE Y RENIEC, para que sigan siendo autónomas en el ejercicio de sus funciones, sin control o intromisión ideológica o política. Evitar que el Perú sea un gobierno iliberal, de democracia con autoritarismo.

𝐄𝐬𝐜𝐫𝐢𝐛𝐞: 𝐃𝐚𝐧𝐧𝐲 𝐌𝐚𝐫𝐜𝐨𝐬.