El país está sentado en platea y atrapado por lo que pasa ante sus ojos con los hechos que protagonizan los Fujimori. En cada trama familiar, desde 1990, ellos han desarrollado una trama de enfrentamientos fratricidas por intereses políticos y familiares que siempre han tenido un denominador común: ansias por el poder.
En los últimos días esa batalla
política y familiar de los Fujimori se hizo evidente con el claro enfrentamiento
entre los hermanos Kenji y Keiko. El primero arremetió contra su hermana con un
tuit fulminante contra los asesores de la segunda: “Los señores Figari y Ana
Hertz de Vega han conspirado por años, sistemáticamente, contra la libertad de
@AlbertoFujimori. Hoy, ambos en la sombra continúan atentando contra la
gobernabilidad del país. Ellos son el problema. Reconciliación =
Reestructuración”, escribía.
El tuit iba acompañado de una
caricatura que si la analizamos nos deja perplejos por el mensaje implícito que
tiene: Kill Bill, el es nombre o título de la película de acción y suspenso donde
la venganza es uno de los hilos que conduce la trama. Y si traducimos esas dos
palabras del inglés al español tenemos el siguiente significado:
“Matar a Bill". Sin embargo, bill en inglés también significa "cuenta" o
"recibo", por lo que una traducción más clara que descubre el doble
sentido del significado es: "Saldar cuentas".
Pero
ahí no queda todo: si lo llevamos a una traducción japonesa -porque la película
y coincidentemente los Fujimori están ligados al país del sol naciente-, Kill
Bill se traduce como: "cortar" o "rebanar", lo que hace alusión
a lo que, en la película, se hace con la katana, sable que usaban los samurais.
Acaso eso ha hecho en esta
batalla Kenji contra su hermana: ¿políticamente Kenji ha ‘matado’ a Keiko; ha ‘saldado
cuentas’ de poder con su hermana; ha ‘cortado o rebanado’ las aspiraciones políticas
de su hermana Keiko?
Lo cierto es que Kenji en el2016
reclamó el poder y liderazgo familiar y político con otro tuit, cuando Keiko
estaba a punto de perder ante Pedro Pablo Kuczynsky (PPK). Ese año Kenji escribió:
“La decisión es mía. Solo en el supuesto negado que Keiko no gane la
presidencia, yo postularé el 2021”. Y parece que ese sería el propósito de Kenji.
Pero el peor desenlace que nos
dejan los Fujimori con esta trama es que el país y su gente resultan ser los más
perjudicados, con una fractura terrible en lo político, social y económico; con
una corrupción desde los 90, sigue ahogando el aparato estatal; con un
desgobierno generado por los ‘kill bill’ de la política peruana.
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